Los sótanos de Tlaxcoaque: Verdad y Memoria

Terribles historias sucedieron en Tlaxcoaque, el inframundo en el que estaban las oficinas de la extinta Dirección General de Policía y Tránsito del Distrito Federal.

En ese búnker de agentes torturadores se alojaron el dolor y la arbitrariedad, la prepotencia y la injusticia, cimientos del siniestro edificio situado en la avenida Fray Servando Teresa de Mier. Tlaxcoaque condensa lo indecible de la justicia en nuestro país: seres humanos reducidos a escoria, escarnecidos, enajenados del conjunto social por disposición de la ley o por voluntad de las instituciones que la administran. Arrojados a la intemperie espiritual de una vida en que la dignidad se ve constantemente humillada.

Tlaxcoaque, no hay que olvidarlo, estaba destinado a los pobres infelices. A quienes no tenían la posibilidad de ser criminales en serio, como lo eran aquellos que lo gestionaban y que luego fueron cargados de gloria y poder. Por eso Tlaxcoaque es inenarrable: eran mazmorras inmundas, agujeros de dolor, mecanismos de aniquilamiento, máquinas de destrucción humana, laberintos de la muerte. 

Sirva esta publicación para recuperar esa memoria de lo indecible y lo abyecto, de lo verdadero... ¡Nunca más! 

Abel Barrera Hernández, David Fernández Dávalos y Carlos A. Pérez Ricart. Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico.